El magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Morelos, Juan Gabriel Vargas Téllez, vuelve a estar en el ojo del huracán por denuncias que lo señalan de litigar en secreto a través de prestanombres, una práctica prohibida expresamente por el artículo 297, fracción III del Código Penal.
De acuerdo con mensajes filtrados, Vargas Téllez habría simulado dejar la asesoría jurídica y la defensa de numerosos asuntos legales desde el día en que asumió su cargo como magistrado. Sin embargo, a través de su entonces pasante y socia, Samantha Hexiquio Estrada, siguió operando litigios en los que incluso, gracias a su influencia, obtuvo resoluciones favorables.
El esquema era perversamente simple: él daba la cara ante los clientes como abogado de confianza, mientras que la pasante firmaba y respondía en los juzgados. Posteriormente, Hexiquio Estrada renunció a ese rol y en su lugar entró otro abogado allegado al magistrado, quien hoy representa los asuntos que jamás abandonaron el despacho del hoy presidente del TSJ.
El abogado y político Manuel Martínez Garrigós ha señalado en múltiples ocasiones a Vargas Téllez como un usurpador de funciones. En efecto, el magistrado llegó a la presidencia del Tribunal de forma cuestionada, con señalamientos de crisis institucional y denuncias abiertas por su doble juego: juez y litigante encubierto.
No es la primera vez que su nombre se asocia a la impunidad. Cabe recordar el caso de una mujer víctima de tentativa de feminicidio cuyo agresor fue condenado a 39 años de prisión. Vargas Téllez fue abogado defensor de ese sujeto antes de ser magistrado y, cuando ascendió al cargo, el violento salió libre bajo decisiones judiciales extrañamente favorables.
Hoy, el magistrado pretende asegurarse un haber de retiro dorado tras apenas menos de 2 años de servicio, como si su breve paso por el poder judicial lo hiciera merecedor de privilegios. Lo cierto es que, lejos de ser un garante de justicia, Vargas Téllez se ha convertido en un símbolo de cómo la justicia en Morelos se manipula desde dentro.
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