La atípica terna del Poder Judicial.

 Política disruptiva. 

Pedro Martínez Bello

La terna conformada por los magistrados Carmen Aquino, Nancy Montero y Javier Mujica, designada por los magistrados del pleno del Tribunal Superior de Justicia ya fue turnada al Congreso del Estado y serán los diputados quienes sesionen el miércoles para aprobarla o rechazarla en su caso, aunque omitieron establecer la hipótesis de rechazo en su parche de reforma constitucional.

De esta terna habrá de salir el presidente que dirigirá por dos años el Poder Judicial del estado de Morelos.


De suyo esto es ilegal, porque será un ente político, como lo es el Congreso, quien avale sobre otro poder, invadiendo una decisión exclusiva del pleno.

Sin embargo, esto ocurrirá así debido a la incapacidad de los magistrados para ponerse de acuerdo, orillando, que otro poder les corrija la plana por peleoneros.

Una vez que los diputados avalen la terna, será regresada al Poder Judicial para que el Pleno elija a su magistrado presidente que concluya, con un poco de dignidad, hasta el año 2027 que entre en vigor la reforma judicial que ordena la elección de los jueces y los magistrados por medio del voto.

Veamos los perfiles. Sobre Carmen Aquino Celis, recientemente se conoció en redes una lista de decenas de familiares directos en la nómina del Poder Judicial, esto además de que es un delito, también es uno de los motivos que dio origen a que el expresidente López Obrador decidiera impulsar la reforma al Poder Judicial, debido a los constantes abusos y excesos cometidos por magistrados y ministros.

Sería irónico que presidiera la magistrada Aquino el Poder Judicial de Morelos, siendo el ejemplo más ilustrativo de nepotismo en Morelos.

De Nancy Montero, a quien no la conocen ni en su casa, podemos decir que es muy visible su inexperiencia y su trabajo raquítico, pero eso sí, la carga sobre sus hombros el bloque panista, lo cual implica que, de llegar al cargo, se compartirá el pastel de gobernanza con el partido azul, que también hay que decir, su líder político teje fino y ha logrado apoderarse del Congreso del Estado.

Es verdad que el habilidoso diputado Daniel Martínez Terrazas, calladito, puede lograr la hazaña de mandar, a control remoto, en el Tribunal.

De Javier Mujica podemos decir que es un personaje gris, sin brillo alguno, aunque trasciende que suele entrometerse para abogar por familiares y amigos en la petición de favores.

Javier Mújica no se caracteriza por ser el más conocido de sus pares, no suele pelearse con nadie, y eso en este instante tal vez es lo que hace falta en el poder judicial. Un conciliador que permita concluir con dignidad el ciclo a un Poder tan vapuleado y denostado como lo es el Judicial.

La moneda está en el aire, ojalá, aunque por única ocasión, se piense en el bienestar del justiciable y no en el bienestar de un grupo o equipo político determinado.



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