¿Justicia o Negocio? No votes por Rojas Robles, un prepotente al servicio de Rolfi González
El proceso electoral del Poder Judicial de la Federación 2025 ha evidenciado lo bueno, pero más lo malo de quienes buscan administrar justicia, ejemplo de ello es José Roberto Rojas Robles, quien actualmente es proyectista del magistrado Rolfi González y busca ser a través del voto popular magistrado en materia civil por el décimo octavo circuito.
Este proceso electoral ha dejado al descubierto las malas prácticas de quienes buscan administrar justicia. Entre ellos destaca José Roberto Rojas Robles, proyectista del magistrado Rolfi González, cuyo historial de prepotencia y falta de probidad es ampliamente comentado en círculos jurídicos y entre ciudadanos y litigantes que han tenido trato con él. No es secreto que, lejos de ser un jurista serio, actúa como bufón en la sala de su padrino, donde los acuerdos opacos y el tráfico de influencias parecen ser la norma. Varias voces señalan que su campaña busca recuperar los millones invertidos por González para llegar al cargo, evidenciando que la justicia, para algunos, es solo un negocio.
El caso de Rojas Robles ejemplifica cómo ciertos operadores judiciales usan su posición para perpetuarse en el poder, aprovechando recursos públicos y patrocinios sospechosos. Mientras abogados independientes se endeudan para imprimir folletos y recorrer el distrito, él y su círculo operan con ventajas ilegítimas, blindados por la estructura del poder. Es inaceptable que la magistratura se convierta en botín de grupos que distorsionan la ley a conveniencia. La ciudadanía debe preguntarse: ¿realmente quieren a un personaje así decidiendo sobre sus derechos?
Este no es un ataque personal, sino una advertencia basada en lo que se comenta en tribunales, redes sociales y entre quienes han sufrido sus arbitrariedades. Si el voto popular premia a figuras como Rojas Robles, el Poder Judicial seguirá siendo un club de influencias donde la ética es anecdótica. Hoy más que nunca, los electores deben informarse y votar con responsabilidad, porque la justicia no puede estar en manos de quienes la ven como un trampolín para enriquecerse o cobrar favores políticos.
Quienes litigan lo conocen y saben de su prepotencia y falta de probidad, no es más que un bufón en la sala del magistrado Rolfi; ahí donde se hacen los negocios torciendo la ley para intentar recuperar los 5 millones de pesos que dicen pagó Rolfi González para ser magistrado, de otra forma jamás un alcohólico habría accedido a tan alto cargo. Hay que reflexionar también acerca de aquellos que buscan un cargo en el Poder Judicial siendo ya funcionarios en este caso del poder judicial local, tienen ventajas enormes por encima de aquellos que no son funcionarios y que tienen que imprimir panfletos para darse a conocer y pedir dinero prestado para poder trasladarse a diferentes puntos del Estado y recorrer el Distrito asignado. Es decir, no es lo mismo contender teniendo recurso económico y humano que te da el cargo a buscarla por cuenta propia.
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